Conclusiones de la Organización de la Marcha por el Clima.
Después de que se han calmado las aguas podemos ver con algo de distancia el resultado de todo lo que ha supuesto para esta asociación, Factoría de Sostenibilidad, la organización de la Marcha por el Clima del 29 de Noviembre.
Ha sido un trabajo constante y muy duro de aproximadamente 2 meses dedicados en exclusividad a este fin. Donde hemos mantenido contacto con una inmensa cantidad de personas para recabar su participación en tiempo o en financiación. De esta multitud de entrevistas hemos podido ver, con tristeza, el profundo desconocimiento que sobre el cambio climático tienen la inmensa mayoría. Incluso aquellos que enarbolan banderas para defenderlo, se posicionan en que nos es algo ajeno y que su defensa es otra causa humanitaria más con los países del tercer mundo. De estos he oído que Granada no tiene escasez de agua o negarse en redondo a evaluar las políticas de gestión de agua de riego para mejorar su uso por que han elegido un tipo tradicional. Otros, simplemente, niegan que el cambio climático afecte a nuestra ciudad.
Otros contactos, incluidos amigos, me han repetido doctrinas negacionistas. Esas de que sí, el cambio climático se está produciendo, pero es que el clima en la tierra es algo cíclico y que los procesos de calentamiento se repiten cada cierto tiempo. Cuando les he dado la respuesta que la ciencia da a esas afirmaciones se han llegado a mostrar ofendidos como si tratara de convencerles de una opción política contraria a sus dogmas. No, es la opinión de la inmensa mayoría de los científicos. La ciencia es donde reside todo el conocimiento humano demostrado por el método científico, no es algo alejado de la verdad, es lo que, científicamente probado, está más cerca de ella.
Teníamos dos objetivos, el primero que nuestro movimiento transcendiera lo local y tuviera una repercusión mundial. El segundo, que la gente conociese realmente lo que es el cambio climático, en que estadio se encuentra y las consecuencias medioambientales, económicas y sociales a las que nos puede llevar no hacer nada.
A nivel personal, he de decir, que en los dos objetivos siento que he fracasado. Las razones principales las achaco a mi inexperiencia en organizar eventos de esta transcendencia y repercusión.
No conseguí transmitir la importancia de la manifestación a los medios para que estos divulgaran el evento, y ni tan siquiera conseguí movilizar a todo el colectivo ecologista de Granada, que eligieron otras propuestas para ese día o que prefirieron la manifestación en Madrid a la que organizábamos en Granada.
A nivel político obtuvimos algunas victorias. Conseguimos de todos los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento que firmasen una petición al Patronato de la Alhambra para que nos permitiesen la proyección de unas imágenes en la Torre de Comarex y así tener la proyección internacional que buscábamos. No fue suficiente para el Patronato que antepuso sus principios a los de todos los representantes políticos de la ciudadanía de Granada y a la necesidad de concienciar a la ciudadanía sobre el calentamiento climático.
Sí obtuvimos una resolución unánime por parte del pleno del Ayuntamiento apoyando la Marcha por el Clima, que vino recogida por el El Ideal dentro de un artículo titulado Pleno de unanimidades del día 27 de noviembre, en el que recojo el párrafo donde se incluye esta información:
“Así, se ha presentado una declaración institucional (apoyada por los cinco partidos) en contra de la homofobia y la transfobia y por la que se comprometen a defender los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales. También se ha presentado otra declaración institucional de apoyo a la marcha por el clima”
De aquí se puede deducir lo ingrata que es la labor política que lleva a acordar un texto para que todos los partidos se pongan de acuerdo, con la dificultad que eso conlleva, y que luego solo quede en una línea en la prensa sin concretar qué es eso de la marcha por el clima, ni que se celebraba el próximo domingo.
El objetivo principal de la Asociación es transmitir el conocimiento científico a la población, y por eso buscamos entre las personas y organizaciones, organismos (UGR, CIEMAT, administración local, autonómica, estatal) que dedican su labor al conocimiento del medio ambiente y el cambio climático para que aprovecharan la Marcha para divulgar estos conocimientos. No obtuvimos ninguna implicación institucional para la difusión. Entiendo que somos una asociación nueva de la que no se tiene conocimiento y esta puede ser la causa del recelo que ocasionó la nula implicación.
Sí obtuvimos la cesión del Carmen de la Victoria dependiente de la UGR, y la colaboración del restaurante que se ubica en él. Desde aquí les damos nuestro más sincero agradecimiento. Aquí pudimos asistir a charlas, proyecciones y talleres de gran calidad, por los ponentes que tomaron parte y la calidad de los documentos. Falló la audiencia y esto es causa, sin duda, achacable a nosotros, desde aquí pedimos disculpas.
Hubo charlas, comercio justo, vehículos de movilidad sostenible pero nos faltó una imagen, el impacto de un instante en la retina que llevase a plantearse preguntas a los asistentes, que se retuviese en la memoria.
La COP 21 ya ha pasado dejando un sabor agridulce e indefinido de victoria pactada o derrota sensible. El caso es que los objetivos, que eran insuficientes para el clima, por parte de la Unión Europea, no se han conseguido. El reto más importante que tiene la humanidad para el siglo XXI sigue siendo obviado en las medidas para frenarlo y es un problema marginal para la sociedad por que desconoce la extensión del problema.
Quizá la solución esté en no esperar a que lo global ponga normas para proteger el mundo, sino en que desde lo local vayamos ejemplarizando con normas que posteriormente superasen el ámbito local. Para poder hacer esto, evidentemente, hay que ir contra grandes acuerdos (TTIP) que impidan realizar actitudes respetuosas con el medio ambiente por ir contra el beneficio económico. Hay que favorecer lo local frente a lo foráneo, penalizar lo lejano y lo contaminante. Prohibir lo que sea contaminante de nuestro aire, de nuestro medio físico, por nuestra salud y la del mundo. Aunque el aire no tiene fronteras si no contaminamos el nuestro y no compramos el producto que contamina el de otros, habremos dado con la solución. Para poder asumir estas medias el ciudadano tiene que estar informado por lo que la ciencia tiene que salir a la calle y hacerse comprensible.
Una sociedad informada y concienciada puede reclamar y soportar actitudes que protejan su medio ambiente. En esto es en lo que hemos fallado, pedimos disculpas, y seguiremos trabajando para mejorar.
Sergio Ramírez Nogueira.
Presidente de Factoría de Sostenibilidad.